martes, 30 de marzo de 2010

RIVER TE PARTE EL ALMA

River Plate 0 - 1 Argentinos Juniors
Torneo Clausura 2010 - 11ª fecha.
Estadio Monumental - 29/03/10.


RIVER PLATE: Vega (6); Ferrari (4), Ferrero (4), Cabral (3) y JM. Díaz (3); Affranchino (4), Almeyda (6), Pereyra (6) y Rojas (3); Funes Mori (5) y Canales (3). Posteriormente M. Díaz (6), Villalva (3) y Rosales. DT: Leonardo Astrada.
ARGENTINOS JUNIORS: Ojeda; Caruzzo, Sabia y Gentiletti; Oberman, Ortigoza, Mercier, Prósperi y Coria; Sosa y Calderón. Posteriormente Hernández, Pavlovich y Canuto. DT: Claudio Borghi.
GOLES: Ismael Sosa (ARG) 20 pt.
ARBITRO: Diego Abal (bien)
MAN OF THE MATCH: Néstor Ortigoza (Argentinos Juniors)
RESULTADO MORAL: River Plate 1 - Argentinos Juniors 2.

Bravo. Lo lograron de nuevo. Perdón, lo logramos de nuevo. Ahí esta River otra vez en el piso con la boca sangrante y con pajaritos revoloteando su cabeza aturdida, impotente por no poder esquivar los golpes inclementes de piñas que llegan desde la esquina contraria y la propia también. Al término del juego, el Monumental es un caldero hirviente que rebalsa su sopa de insultos y frustraciones. Y que "a ver si ponen huevos que no juegan con nadie", o que "vayanse todos la puta que los parió", o que "la camiseta de River se tiene que transpirar". Así fue todo el partido.
Son días de bronca fácil y -lógicamente- justificada. Bronca brava. Ordinaria y sin tapujos. Bronca explosiva. Bronca que cuando se apacigua se mezcla con lástima. Porque escucharlo a Astrada quebrado de la impotencia te conmueve. Porque ver a un River plagado de pibes yendo al matadero te parte el alma. Bronca, cuyo principal problema reside en hacia quien dirigirla, y en que momento expresarla. Lo dijo Borghi en el vestuario. "Si a los 2 minutos ya cantaban que si no ganan van a cobrar, no ayuda mucho".
Tan despistados vamos que hasta de la bronca se sospecha. ¿Que pensarán realmente esos hinchas que se atropellan para putear?, ¿Que Funes Mori es mas culpable de Aguilar?, ¿Que Astrada los hace jugar así a propósito?, ¿Que vamos a pelear el descenso porque nos encanta la adrenalina?. ¿Porque no nos enojamos así antes?. ¿Porque no reaccionamos así cuando veíamos que se afanaban todo y hundían al club en una crisis sin parangón en la historia?.
En un clima que se sabía iba a ser espeso, River Plate volvió a dar muestras de una inoperancia absolutamente dolorosa. Argentinos Juniors dominó el primer tiempo de principio a fin con el argumento del orden para marcar y la salida rápida de contra. Hizo uno pero tendría que haber hecho tres. Astrada en el entretiempo mandó a la cancha a dos pibes, un poco para revolucionar la apatía y otro poco para cubrirse de la gente. Si hubiera podido habría sacado a los 11. El equipo cambió la cara y si el pobre Funes Mori no tuviera tanto pavor a perderse goles, el millonario hubiera rascado un empate que -tal vez- hubiera evitado el maremoto.
Luego, la asamblea se expresó en forma contundente. La noche se fue con el grito de millares de "vayansé no roben más". La calentura se comprende, pero estaría bueno que nos quede claro que los ladrones ahora están lejos de Núñez, y jamás oyeron un agravio tan masivo que repruebe su delincuencia.

domingo, 28 de marzo de 2010

RIVER / CAMISETA SUPLENTE 1971


Hasta que, iniciados los años 80, la influencia de las marcas ganó progresivamente terreno en el mundo del fútbol, el tema de la indumentaria de los equipos se resolvía de una forma muy sencilla. Respetando la tradición. De todas formas, en este contexto anti-merchandising, también es posible hallar algunas rarezas que requebrajaban los moldes establecidos.
Las casacas abotonadas fueron un signo distintivo de River Plate a lo largo de cuatro décadas de profesionalismo. Sin embargo esa costumbre no se extendió demasiado en el momento de utilizar la camiseta alternativa. Se recuerdan el modelo abotonado bordó en homenaje a Torino y aquella camiseta obsequiada por Stade Reims luego de una gira como antecedentes en este sentido. La particularidad del diseño que aquí se rescata reside en que ésta es una de las pocas (sino la única) camiseta alternativa tricolor de River con el diseño de botones.
Fue utilizada en la temporada 1971. Días difíciles e irregulares del cuadro orientado por Didí, plagado de pibes y de dudas acerca de como hacer para quebrar una racha enorme sin campeonatos. Se la vio en el Monumental en un par de partidos ante Platense, Huracán y Gimnasia de La Plata. Luego, la arbitrariedad de la utilería la guardó para siempre en el baúl y en el recuerdo. La vistieron jugadores como Ricardo Pellerano, Joaquín Martínez, Héctor Pignani y Carlos Bulla.

jueves, 25 de marzo de 2010

SE CAÍA DE MADURO

Boca Juniors 2 - 0 River Plate
Torneo Clausura 2010 - 10ª fecha
La Bombonera - 25/03/10.


BOCA JUNIORS: García; Muñóz, Luiz Alberto, Bonilla y Monzón; Medel, Méndez, Giménez y Riquelme; Gaitán y Palermo. Posteriormente Barroso, Chávez y Erbes. DT: Abel Álvez.
RIVER PLATE: Vega (5); Ferrari (4), Cabral (4) y JM. Díaz (4); Almeyda (5), Ahumada (3), Rojas (4) y Gallardo (5); Canales (4) y Funes Mori (4). Luego Affranchino, Pereyra y Villalva. DT: Leonardo Astrada.
GOLES: Gary Medel (BJ) 13 pt. Gary Medel (BJ) 3 st.
ARBITRO: Héctor Baldassi (bien).
MAN OF THE MATCH: Gary Medel (Boca Juniors)
ROJAS: Gary Medel (Boca Juniors)
RESULTADO MORAL: Boca Juniors 2 - River Plate 1.
INCIDENCIA: Se jugaron dos tiempos de 40 minutos para completar los 10 que se habían jugado el domingo 21 antes de la suspención.

Voy a exagerar, pero perder un clásico es como morirse un poquito. Seguramente antes dolía lo mismo que ahora, pero perder hoy un clásico lleva a que tu amargura dure al menos hasta el próximo partido. Duele más porque ya estoy viendo venir a los que, kerosene en mano, avivarán el fuego de la caída. A los oportunistas con la pala para tirarnos tierra. A los vendehumo para inventar conflictos. A los chupamedias para alabar a Marteeeeen!!! o a Rrrrrrromannn!!!. A los pega afiches de llano sentido del humor. A los agoreros que avecinarán cataclismos, A los lenguarases omnipresentes que en dos palabras harán desaparecer la "crisis" en un lado para hacerla aparecer en otro. A los falsos puristas que repetirán hasta el hartazgo la mordedura de Gallardo a Medel, como si el chileno fuese la reencarnación del Mahatma Ghandi.
Uffff. Todo eso duele mas que el 2-0 inapelable. Mirá si no va a jorobar perder un superclásico.
Está claro que el fútbol es terreno de la verdades relativas. Ahora, ¿Que es lo verdadero y que es lo relativo?. La perorata previa al partido estableció como verdad que era River el que llegaba bien (?) y Boca el que llegaba mal. Era este un horrendo presagio. El fútbol, como siempre alineado al reglamento de lo hipotético, se encargó nuevamente de despejar polvaredas de habladurías, demostrando que la única verdad se ve en el verde césped. Con mucho pavor, a varios nos rebotó mil veces en la cabeza la siguiente idea: "River mejor, Boca peor: Gana Boca". Se caía de maduro.
Describir el bagaje futbolistico de Oscar Ahumada no nos debería llevar mucho tiempo. Tiene Oscar -junto a su garra y sacrificio para la marca- una inquietante tendencia a perder la pelota en lugares incómodos y a hacer foules estúpidos. Todo junto le pasó en el minuto 13 del primer tiempo y nos costó el partido. Centro mordido de Riquelme, estatismo defensivo, anticipo de Medel, y estallido de resurección. Luego lo de siempre cuando se va abajo en el score. Apuro, desorden, imprecisión, poca profundidad, nada de oportunismo. Boca presentó una defensa que era una invitación, pero hizo bien los deberes en la mitad de la cancha. Con Medel intenso, Méndez en alto nivel, y un Riquelme filoso controló el partido y lo ganó con poco y sin peros.
Ahora bien. Sería injusto decir que River nos falló o decepcionó. El cuadro de Astrada fue coherente con lo que marca su actualidad. Jugó mal, como siempre. Tan mal como cuando se le ganó a Chacarita o a San Lorenzo, o como cuando se perdió con Colón o Independiente, o como cuando se empató con Central o Arsenal. Te duele la impotencia de verlo sin respuestas. Te duele el corazón al ver esa gente allá arriba que propone siempre una fiesta que rara vez es retribuída.
Y esas líneas finales son todo un síntoma. Somos de River por su camiseta y no por su hinchada. Aunque ultimamente se torna muy dificultoso encontrar algo de brillo en las tardes de River que no salgan de la fidelidad (hoy casi masoquista) de su parcialidad.

martes, 23 de marzo de 2010

EL RIVER DE TERESINA


Existe otro Brasil detrás del que todos conocemos. Uno que va más allá de las playas paradisiacas, el verde del Amazonas y las curvas de las garotas. Otro Brasil, mucho más pobre y más tribal. Otro país, alejado del lujo, amigo de las privaciones heredades de un pasado esclavista no tan lejano. Un país profundo, casi olvidado, e igualmente maravilloso.
De allí viene Piauí, uno de los 27 estados con que Brasil divide se territorio. Se encuentra en la región del Nordeste y baña sus costas, encima de la línea del Ecuador, con las siempre tibias aguas del Atlántico. Su capital es Teresina, una “pequeña” ciudad de 800.000 habitantes. Un lugar tórrido y fabril, húmedo y carnavalero. Una urbe apasionada por el fútbol, y que tiene un nombre indiscutido en el liderazgo de la pasión: River.
El River Atlético Clube fue fundado el 6 de marzo de 1946 como River Plate Atlético Clube. Así lo decidieron un grupo de estudiantes en el gimnasio del Colegio Leao XIII de Teresina, bautizando a la flamante institución con el nombre del mejor equipo de fútbol del mundo por aquellos años. La Maquina. Dos años mas tarde una reunión de socios decidió la supresión de “Plate” con el objetivo de no prestar a confusión con la entidad Argentina.
Y lograron diferenciarse bien, porque mas allá de su nombre y esa historia fundacional, resulta difícil emparentar al River de Piauí con el Millonario. Sus colores se nos parecen: Rojo, blanco y negro. Aunque su camiseta no lleva ni llevó nunca una banda roja, sino que es idéntica a la de –por ejemplo- San Pablo FC. “O Galo carijó” es la institución mas ganadora del Campeonato Estadual Piauiense. Lo obtuvo en 27 oportunidades, la última el año pasado. Estuvo sin ganar un Torneo Estadual durante 10 temporadas, desde 1963 a 1973. No fueron 18, pero también sufrieron bastante.
Juega en el Albertao, el estadio del Gobierno Piauiense, con capacidad para 44.000 personas, cancha en la que alguna vez jugó un amistoso “la banda del gol y el toque”, aquel Sub 23 Argentino, que fracasó en su intento de ir a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992. Flamengo de Teresina es su eterno adversario y cada clásico, agota los boletos a la venta. Si Rió de Janeiro y San Pablo, son lo mismo que Buenos Aires, y Belo Horizonte o Porto Alegre lo que aquí serían Rosario o Córdoba. Podría decirse que el River de Teresina es el San Martín de Tucumán del Fútbol Brasilero.
La particular organización del balompié verde amarelo establece que en la primera parte del año se jueguen los certámenes estaduales y en la segunda, los campeonatos Nacionales. Allí, River de Teresina juega en la Serie C del popularmente conocido Brasileirao. Curiosidades del destino al margen, el entrenador del equipo es Mario Tilico. Ese nombre al hincha de River Plate le hace ruido al instante. Tilico fue uno de los verdugos del Cruzeiro, en aquella triste final de la Supercopa del año 1991.
Si las vueltas de la vida lo ponen un día de estos en una calurosa tarde de domingo en Teresina, no se sorprendan si en las inmediaciones de cualquier estadio Piauiense se escucha algo así como “Eh!, Oh!. De River é meu corazón!”. No deberán alarmarse. Eso, también por aquellos lados, es lo mas normal del mundo.

domingo, 21 de marzo de 2010

LATE PERO NO DRENA

Boca Juniors - River Plate (suspendido)
Torneo Clausura 2010 - 10ª fecha.
La Bombonera - 21/03/10.


BOCA JUNIORS: García; Ibarra, Muñóz, Luiz Alberto y Morel Rodríguez; Medel, Méndez, Giménez y Riquelme; Gaitán y Palermo. DT: Abel Alvez.
RIVER PLATE: Vega; Ferrari, Ferrero, Cabral y JM. Díaz; Ahumada, Almeyda, Rojas y Gallardo; Funes Mori y Canales. DT: Leonardo Astrada.
ARBITRO: Héctor Baldassi.
INCIDENCIA: Partido suspendido a los 10 minutos del primer tiempo por mal estado del campo de juego.

Dirá la historia, esa señora tan inapelable como un juez supremo, que un 21 de marzo de 2010, se suspendió por primera vez en 80 años de profesionalismo, un superclásico por mal estado del campo de juego. No podía ser otro estadio mas que La Bombonera, el propietario de tan raro privilegio. Con demoras o con celeridad, la historia nos pone a todos en su justo lugar.
La Bombonera es un estadio impresionante, eso es innegable. Pero no necesariamente, lo impresionante se relaciona con la calidad. Desde hace rato, y a pesar de reiteradas lavadas de cara, a la cancha de Boca siempre le costó mucho dar con el piné adecuado para espectáculos de primer nivel. Los accesos, el confort, la seguridad, los baños, el lugar para los visitantes, los palcos, la periferia, y en el caso de este superclásico, el campo de juego.
No se trata de creer que esto en el Monumental no hubiera pasado (remember River 3- San Martín San Juan 2). Pero, aunque la lluvia no distinga camisetas, si pone en evidencia infraestructuras adecuadas. El superclásico es "la" imagen del Fútbol Argentino al mundo, y presentar un espectáculo así (con líneas de cal invisibles, pelotas que no ruedan, jugadores que se patinan, etc, etc) es -básicamente- una soberana irrespetuosidad para la historia de este choque, como para los millones de seguidores (asistentes y televidentes) que perdieron el sueño por vivirlo.
Baldassi no debió haber siquiera empezado el partido. Cuando lo suspendió, a 10 minutos del arranque, nos hizo un favor a todos.

jueves, 18 de marzo de 2010

LOCALES EN EL DUCÓ


Una canción de Soda Stereo llamada Té para tres clama con simpleza una verdad difícil de contrastar: “No hay nada mejor que casa”. Cuando llegó el momento de cerrar el Monumental para remodelarlo con vistas al Mundial de 1978, River se topó con una situación sin precedentes en su historia. Nunca antes –y nunca después- estuvo tanto tiempo sin jugar en su lugar en el mundo. Vivió de prestado en Parque Patricios, fue concubino de su bohemia y sus mitos, hasta casi se acostumbró al Ducó y sus alambres pegados a la cal y sus tribunas sin pista de atletismo. Por allá se lo recuerda como inquilino prestigioso y cumplidor. Hoy, de tanto en tanto vuelve de visita al barrio que le dio cobijo en la reforma, para de paso, rememorar viejas historias con mas euforias que desconsuelos.
Las otras opciones: Se barajaron muchas candidatas, y varias fueron descartadas hasta arribar a Patricios. La opción A –por ubicación e historia favorable- era el José Amalfitani, pero de antemano se sabía que no, por una sencilla razón: También estaba en reforma. El plan B incluía el estadio de Ferro en Caballito (finalmente elegido por Vélez para su localía alternativa), el Gasómetro de Avenida La Plata (ya vetusto y a los pocos años desmantelado), y el Palacio Ducó (lejano de Núñez, pero con las condiciones exigidas). Alguien en Comisión Directiva mencionó el nombre de La Bombonera, pero la alternativa no fue tenida en cuenta. Tampoco se consideró la posibilidad de alguno de los estadios de Avellaneda.
La despedida de casa: El último partido de River en el viejo Monumental fue el 12 de diciembre de 1976 ante Atlanta por la fecha final de la primera fase del Nacional. Luego el organigrama marcaba que los choques eliminatorios debían jugarse en terreno neutral. River ganó esa tarde 2-0 con goles de Luque y Más, quien esa tarde gritó su último gol en el césped de Núñez.
El primer partido: Ante Temperley. 6-2 el 20 de febrero del 77 por la primera fecha del Metro. Fue una fiesta bajo la lluvia. Esa tarde debutó el Negro Ortiz y el equipo se paseó al compás de los quiebres de su cintura. También debutó Héctor Pitarch, y ambos se anotaron en la red. Los otros tantos fueron obra de Víctor Marchetti (2) y Daniel Passarella (2). Descontaron Richard Forlán y Bello Meza para el Gasolero.
La mayor goleada: River no engranó en el Nacional del 77, pero sin embargo protagonizó algunas goleadas estrepitosas. La mayor fue el 6-0 a Gimnasia de Jujuy, ocurrido el 11 de diciembre bajo el sol del Ducó. En aquel tiempo la mayoría de los equipos del interior daban muchas ventajas. Aquella fue una de las pocas tardes inspiradas en River de Hugo Coscia, autor de dos tantos. Passarella convirtió dos penales, y el sexteto fue completado por Luque y Pancho Ferraro, en contra de su valla.
La vuelta olímpica: Seguramente habrá sido extraño festejar de local fuera del Liberti. Pero la euforia desatada no tuvo que envidiarle nada a cualquier otra celebración. El Ducó se llenó por una masa exultante de millonarios envalentonados por la victoria 2-1 en la Bombonera de la jornada anterior. Fue el 13 de noviembre ante Ferro Carril Oeste por la ¡¡¡46º!!! del Metropolitano. Hubo tensión hasta que a los 18 del primer tiempo, Marchetti de cabeza señaló el primero. El resto fue una fiesta que culminó 4-2.
Locales del local: Durante todos los setenta, Huracán fue un rival temible. Herencia del equipazo del 73 y del no menos equipazo del 76. Fue local del Globo en el Ducó dos veces. Le ganó los dos partidos. 2-1 por el Metro del 77 -clave, con dos goles de Luque- y 3-2 por el Metro del 78, tantos de Alonso, González y Marchetti.
La Copa Libertadores: El sinsabor acostumbrado de la Copa, también se vivió en Patricios. Rápida eliminación en 1977 en la fase de grupos compartida con Boca, Peñarol y Defensor Sporting de Uruguay, con 2 empates y una victoria (2-1 sobre el carbonero). Se recuerda un increíble empate 1-1 ante Defensor Sporting, con dos penales fallados por River en los pies de JJ y Ortiz. En la Copa del 78. River solo jugó dos cotejos en el Ducó y venció en ambos: 2-0 a El Nacional y 4-0 a Liga Deportiva Universitaria de Quito, ambos de Ecuador.
Las derrotas: River perdió realmente poco en el estadio del Quemero. 4 partidos en total. Dos de esas caídas (1-2 y 2-3) fueron ante la bestia negra de ese año, Vélez Sarsfield, conjunto que también derrotó al Millonario en los dos cotejos jugados como visitante en Ferro. Los otros traspiés fueron ante Racing Club en el Nacional del 77 y ante Independiente en el Metropolitano del 78, 1-2 en ambas ocasiones.
El retorno a Casa: El primer partido oficial en el Nuevo Monumental se jugó la noche del miércoles 26 de julio. 0-0 ante Independiente por la primera fase de la Copa Libertadores. Fue una vuelta extraña, porque mientras se jugaba en Núñez por la Copa, en el Metropolitano se usaba Huracán. 2 meses después del retorno se jugó el segundo partido (25 de septiembre de 1978) ante All Boys. Fue 4-0. El primer gol oficial en el nuevo Liberti lo convirtió Osvaldo Morandini, zaguero albo, en contra de su valla.
El último juego: Fue el 18 de septiembre del 78, un lunes a la noche con tribunas semivacías y un supremo desinterés justificado por la opaca campaña. River le ganó 3-0 a Rosario Central con goles de Rubén Horacio Galletti y dos jóvenes que se las traían, Héctor Sosa y Ramón Ángel Díaz. En la previa, la directiva de Huracán fue reconocida con una plaqueta de agradecimiento a los servicios prestados.
Los superclásicos: En los 70’s, los River – Boca en cancha neutral eran bastante usuales, ya sea por cuestiones de calendario o de seguridad. Pero este caso de neutralidad es diferente. River fue local de Boca dos veces en el Ducó. Ambos fueron empates. 1-1 por el Metro del 77 (tantos de Pedro González y Carlos Veglio). Y 0-0 por la Copa, una noche de miércoles con el Millonario ya eliminado.
Números: River estuvo sin jugar en el Monumental 591 días. En total, en el estadio de Huracán jugó 49 partidos. Ganó 28, empató 17, perdió 4. Salió una vez campeón. Convirtió 105 goles y le hicieron 41. Víctor Rodolfo Marchetti, con 20 tantos, fue el Millonario que mas anotó durante la estadía en Patricios.

martes, 16 de marzo de 2010

EL MONO TREMENDO

River Plate 1964/73 – 1975/76 - 421 partidos - 219 goles – 2 títulos

Debutó en primera el 24 de abril de 1964 en la cancha de Chacarita. La noche previa estuvo tan nervioso que no alcanzó a dormir siquiera unos minutos. Esa tarde hizo una cosa que jamás volvería a hacer en su carrera: Llegar hasta el fondo y tirar un centro atrás. Gol del chileno Rojas y 1-0.
Oscar Mas supo enseguida que los goles serían la razón de su vida y tirando centros atrás, los goles serían de otros y no de él. Ese es Pinino. Nuestro superhombre diminuto. El que propulsado por sus chuecas poderosas se disfrazaba de saltarín de circo y dibujaba piruetas inverosímiles en el aire. Nació en una cuna modesta de Villa Ballester con el arrorró de fondo y un trapo rojo y blanco como mantón. Se recuerdan muy pocos jugadores de River fueron tan fanáticos como él.
Ese es Pinino. Bufón temerario. Darle la pelota era como encender una licuadora. Pícaro y eléctrico, sus arranques eran todo un espectáculo. Agachaba la cabeza, atropellaba y rebotaba. Picaba de cero a cien en una fracción con un empeño voraz. Pero no solo se llenó de goles por porfiado sino también por optimista. Pocos jugadores en la historia de nuestro fútbol se tuvieron tanta confianza ciega. Y esa fe pagó con más de 200 goles festejados.
Ese es Pinino. Nuestro mono tremendo. Un goleador notable. Dueño de un remate de un poder y una puntería admirables. Cuando la empalmaba de lleno, el balón tañía en un ruido sordo y dibujaba una fulminante línea recta que apartaba el aire a su paso y detonaba en la red adversaria o en las manos de algún pobre guardametas.
Oscar Más fue distinto a tantas figuras millonarias que ganaron su idolatría impulsados por una clase y jerarquía sobrenatural. Oscar Mas no. Edificó su nombre eximiéndose de sutilezas, sus voleos de zurda dinamitaban arcos indefensos, sus goles levantaban de cuajo tribunas enteras, sus festejos alocados a plena carrera por la pista de atletismo eran una descarga visceral de un tipo millonario pura cepa.
Ese es el viejo y querido Mono Más. El que erró el penal a propósito cuando pibe para no quedar en Boca. El mas jodón de las concentraciones. El que si llovía entraba a la cancha con paraguas. El que le quemaba el diario a Angelito. El que mandó al carajo al psicólogo en plena sesión. El de la cabriola impensada, el de la chilena rimbombante, el del vuelo en palomita a 20 centímetros del piso. El que se fue a Real Madrid y volvió para ser bicampeón en el 75. El que siempre le hizo goles a ellos. El que se desangró por dentro cuando una ovación conmovedora bajó de las tribunas de Vélez, luego de que, jugando para Quilmes, doblegara al Pato Fillol en el 79. El que terminó sus días de futbolista –paradojas del destino- vistiendo los colores de Boca de Bariloche en los Torneos Regionales.
Esta claro que tanto elogio bien ganado no evitará que señalemos la enorme pena que causo al mundo River la noticia de que Pinino usaba su nombre y el nombre del Club para sacarle dinero a los padres de chicos que querían probarse en Nuñez. Pinino se cansó de pedir disculpas y de admitir su problema. El que las hace las debe pagar, pero tan turbio presente jamás empañará la gloria que supo construir.
Gloria que se explica con un solo y contundente dato: Solo Ángel Labruna hizo más goles en River que él.

domingo, 14 de marzo de 2010

LO QUE SE SUMA NO SE DISCUTE

River Plate 2 - 0 Huracán
Torneo Clausura 2010 - 9ª fecha.
Estadio Monumental - 14/03/10.


RIVER PLATE: Vega (5); Ferrari (7), Ferrero (5), Sánchez (5) y J.M. Díaz (6); Rojas (6), Ahumada (5), Pereyra (6) y Gallardo (5); Funes Mori (5) y Canales (6). Luego Rosales, Affranchino y M. Díaz. DT. Leonardo Astrada.
HURACÁN: Monzón; Rodríguez, Goltz, Dominguez y Filippetto; Toranzo, L. Díaz, Esmerado, Clara y Peralta; Laurito. Posteriormente Balvorín, Nieto y Benegas. DT: Héctor Rivoira.
GOLES: Ezequiel Filippetto (HUR) -en contra- 2 pt. Gustavo Canales (RP) 30 st.
ARBITRO: Javier Collado -bien-
MAN OF THE MATCH: Paulo Ferrari (River Plate)
RESULTADO MORAL: River Plate 2 - Huracán 1.

2-0. Compro ya. Tres puntos. Un negoción. Jugando feíto, arriesgando el empate, golpeando justo, cortando clavos. Compro igual. Me lo llevo y quédese con el vuelto. Compro un gol de chiripa en el amanecer del partido, que es como ver el sol de la alborada. Compro otro gol en el ocaso de la tarde y ese desahogo visceral que lo prosigue. Compro y no pregunto precio por esta pequeña alegría y este relax que ojalá no sean tan efimeros como de costumbre.
Pago por este equipo infartante. Se que es un horrendo negocio, pero pago porque es lo que hay. Pago por las ganas de jugadores como Ferrari, a veces tan atolondrado, que se nos olvida que en su frenesí deja la vida. Pago por la personalidad de Ferrero, tan amante del pum pa' arriba como desinteresado en disimularlo. Pago por la lógica intermitencia de chicos capaces como Rojas y Pereyra. Por las veneradas y sufridas piernas del Muñeco. Pago por los goles (convertidos y errados) de un nueve como Canales, tan peligrosamente parecido a veces al Cuqui Silvani, como capaz de explosiones emotivas como la provocada tras su espléndido cabezazo para el segundo.
Hoy compro. Apuesto al cero. Y no se nos caen los anillos ni tampoco arriamos ninguna bandera. Pero así como estamos, agarro lo que sea con tal de sacar la cabeza de abajo del agua. Compro este triunfo chiquito y valioso de un equipo enjundioso y limitado, que entró a la cancha con la bendición de un gol de movida, que aguantó sofocones, que no cabeceó nunca en su área, que se hizo peligroso de contra, y que terminó con los brazos en alto por certero y oportunista. Compro estos 12 puntos. Compro que queden 27 en juego y nos falten 18 para los 30. Compro, al fin de cuentas, porque en las manos es mejor tener algo antes que nada.
Y por último, compro también la esperanza de esa masa que se va del Monumental con una sonrisa dibujada, pensando que ganarle a Boca en La Bombonera no es tan imposible como parece.

jueves, 11 de marzo de 2010

CUANDO BARCELONA SE COMIÓ 5

River Plate 5 - 1 Barcelona (España)
Copa Iberoaméricana - 09/07/64.


Los fanáticos colombianos todavía se desarman de placer cuando le muestran a los argentinos los cinco dedos que hacen referencia a aquel legendario partido de eliminatorias jugado en 1993. No ocurrirá lo mismo si los protagonistas del encuentro son dos hinchas de River y Barcelona, porque el acontecimiento que origina este post, es poco menos que un suceso desconocido. Tampoco dará para que el fan millonario le enrostre al culé una goleada acontecida en un amistoso de mala muerte. Pero al menos servirá para tener en cuenta algo que ocurrió alguna vez, y que es un signo del poderío de una institución que se daba el lujo de organizar en su cancha un amistoso con un cuadro top, y derrotarlo por cifras estrepitosas. Hoy, con la realidad explotando ante nuestro ojos, pensar en un acontecimiento similar, evoca a la ironía y la sonrisa.
River Plate, Boca Juniors, Botafogo de Brasil y Barcelona de España, jugaron en el mes de julio del 64 la Copa Iberoamericana, torneo que sería ganado por el millonario por diferencia de gol. Sin embargo, el verdadero atractivo del certamen era ver in situ en nuestras canchas, a un equipo de los grandes del fútbol europeo.
Barcelona en 1964 todavía no había alcanzado la talla extra large que hoy detenta como institución, y tampoco poseía los jugadores extraterrestres que hoy luce. Estaban de gira Sudamericana y de pretemporada. Tenían dos extranjeros –el belga Fernand Goyvaerts y el húngaro Sandor Koksis- y un plantel conformado mayormente por hombres nacidos en Cataluña. Eran una potencia amenazante, pero siempre relegada en aquellos años por el superlativo Real Madrid de Alfredo Di Stéfano.
El excelente marco de público que concurrió esa tarde al Monumental, asistió a un partido que a mitad de su transcurso tomó un rumbo inesperado. Luego de la ventaja inicial de los Catalanes lograda por Jesús Pereda, el árbitro del partido expulsó por juego brusco y protestas a dos jugadores blaugranas (Olivella y Torrent), quitándole al cotejo todo viso de paridad. Entonces fue River quién tomó las riendas del protagonismo, para terminar elaborando una goleada sumamente lógica, pero que a merced del paso de los años, adquiere ribetes despampanantes.

Ya a mitad de ese 1964, el público riverplatense, estaba comenzando a hacerse la idea que esa sería otra temporada de fracasos. Venía de mancarse sobre la línea de llegada en los dos últimos torneos locales y en esta campaña, la irregularidad lo dominaba todo. Pero ese 9 de julio, Ermindo Onega jugó en gran nivel y convirtió dos goles, los restantes fueron de Artime, Matosas y el rosarino Enrique Santiago Fernández. Por River Plate actuaron Gatti; Ramos Delgado y Mario Bonzuck; Nicha Saínz, Vladislao Cap y Roberto Matosas; Cubilla, Ermindo Onega, Luis Artime, Enrique Fernández y Más. Por Barcelona jugaron Salvador Sadurni; Julio Benítez y Ferrán Olivella; Eladio, Verges y Torrent; Goyvaerts, Jesús Pereda, Cayetano Ré, José María Fuste y Vicente.
El tango dice que 20 años no es nada, pero 45 seguro que sí. Hoy los españoles son una potencia nuclear. Con planteles idílicos, economías blindadas, y una identidad que se respeta a pesar de los hombres y los nombres. River en cambio esta cosa deforme que vemos todos los domingos revolcarse en el barro de su propia mediocridad.
Pero el 5-1 no se mancha.

martes, 9 de marzo de 2010

3000 VECES RIVER


Pelito mojado, repiqueteo previo, ruido de tapones, griterío lejano, escudo en el pecho que se expande y se contrae al ritmo de la tensión. Arenga final, rito, ceremonia, vida. Pie derecho en el césped, señal de cruz. Manos arriba retribuyendo el saludo. River a la cancha, hoy como ayer, de 1931 a 2010 una sensación incomparable.
3000 partidos oficiales en Argentina. Es solo un número. Es todo número, pero mucho mas es una historia. Nadie en el país jugó tanto en primera y nadie ganó tantos partidos (1.589). Va detrás de esos 11 muchachos que salen vestidos de River al Libertadores de América, una tradición centenaria. Una historia de lujo y pueblo.
Van los 293 goles de Labruna y el único festejo de Gonzalo Aban. Los mas de 500 cotejos de Amadeo y el único partido de Fabio Spotorno. Las atajadas de Fillol y las macanas de Sodero. 41 vueltas olímpicas y varios tragos amargos. Los 99 gritos de Passarella y los 5 goles en contra del Gallego Pérez. La sapiencia util del Pepe Minella y el raro pragmatismo de Jim Lopes. La visión de Liberti y la delincuencia de Aguilar. Mil verdugos que van desde Palermo hasta Bernardo Houssay. Las gambetas de Walter Gómez. La mano de Gallo. El gol de Pipino a Racing. El festejo del pibe Bruno. La Maquina y los 18 años. El campeón del siglo y el fantasma de la Copa.
3000 veces River. Vaya este pequeño homenaje para este protagonista eterno de los domingos argentinos. Parte fundamental de nuestras vidas. En la cima o en la lona, o como dice el himno, "derrotado o vencedor, mientras vida tu bandera, la izaremos con honor".

domingo, 7 de marzo de 2010

NO SOMOS NADA

Independiente 2 - 0 River Plate
Torneo Clausura 2010 - 8ª fecha.
Estadio Libertadores de América - 07/03/10.


INDEPENDIENTE: Gabbarini; Vella, Galeano, Tuzzio y Mareque; Fredes, Acevedo, Busse y Piatti; Gandín y Silvera. Posteriormente Vittor, González y Núñez. DT: Américo Gallego.
RIVER PLATE: Vega (5); Ferrari (5), Ferrero (5), Sánchez (5) y J.M. Díaz (4); Rojas (4), Ahumada (4), Abelairas (4) y M. Díaz (3); Canales (4) y Funes Mori (4). Posteriormente Gallardo (4), Villalva y Pereyra. DT: Leonardo Astrada.
GOLES: Darío Gandín (IND) 38 pt. Andrés Silvera (IND) 15 st.
ARBITRO: Sergio Pezzotta (bien)
MAN OF THE MATCH: Andrés Silvera (Independiente)
RESULTADO MORAL: Independiente 2 - River Plate 1.

Uno, dos, tres, diez, cien, mil, dos mil, tres mil. Un número no es solo un número cuando este hace historia. El equipo de River que salta a la cancha por vez número 3000 es un equipo histórico. Evidentemente quedará en la memoria del hincha, aunque queda claro que no por ser portador de los mejores recuerdos.
En el comentario del triunfo ante San Lorenzo, coincidimos con los hinchas en que si un problema es insoluble, lo mas lógico y sano, es no hacerse mala sangre por ellos. Pero vamos. Hay que tener sangre de pato para no despotricar vanamente contra la inocencia y desidia de esa defensa, la turbulencia inexpresiva de nuestro mediocampo, o la nada misma de nuestro ataque.
Entonces, para que elucubrar sensaciones de hastío, cuando lo mas probable es que el hastío se repita sin solución de continuidad. Mejor dedicarse a contar lo que pasó, como si ello no fuera ya suficiente prueba de la indigencia que hablamos.
Ante Independiente, River Plate jugó tan mal como contra San Lorenzo. Solo que esta vez, tuvo enfrente un equipo que la tiene un poco mas clara. Hasta el primer gol (Gandín definiendo mano a mano, luego de que J.M Díaz quedara enganchado en el achique), el cotejo fue un compendio de no quieros, no te metas, no me ataques, no te descuides, paridad absoluta. Una vez roto el partido, Independiente sostuvo el trámite sin transpirar al impulso de la buena noche de varias de sus figuras (Gabbarini, Tuzzio, Silvera, Piatti). Los tardíos ingresos de Gallardo y Villalva, solo alcanzaron para sumar un par de intentos impotentes a la paupérrima imagen general.
La noche acaba con un 2-0 que renueva los fantasmas. A esta altura nada extraños y nada sorprendentes. No es ni mas ni menos que el resultado lógico entre un equipo que pinta para campeón, y otro que, apenas, pinta cuando puede.

viernes, 5 de marzo de 2010

LO QUE CUESTA VALE

River Plate 1 - 0 San Lorenzo
Torneo Clausura 2010 - 7ª fecha.
Estadio Monumental - 04/03/10.


RIVER PLATE: Vega (6); Ferrari (6), Ferrero (5), Sánchez (5) y J.M. Díaz (6); Ahumada (6), Almeyda (4), Abelairas (4) y Gallardo (4); Villalva (4) y Canales (5). Luego Funes Mori (5), M. Díaz (5) y Affranchino (6). DT: Leonardo Astrada.
SAN LORENZO: Migliore; Meza, Aguirre, Bottinelli y A. Torres; Pintos, Rivero, Leiva y González; Alfaro y Bordagaray. Posteriormente Gómez, Romagnoli y Menseguéz. DT: Diego Simeone.
GOLES: Facundo Affranchino (RP) 28 st.
ARBITRO: Rafael Furchi (bien)
MAN OF THE MATCH: Facundo Affranchino (River Plate)
RESULTADO MORAL: River Plate 1 - San Lorenzo 1.

El grito sale bien desde adentro atravesando nudos en la garganta. Los puños se cierran al instante. En la cara los músculos se tenzan y el rostro se transforma. Festejar un gol de River hoy no es lo mismo que hace años. En días de abundancia, ver a River era acomodarse y disfrutar. El fútbol empalagaba y el gol era algo sencillamente inevitable. Hoy, cualquier sillón te resulta incómodo, cada tanto de nuestro equipo es un pequeño milagro, y uno sabe que cuando concluya un juego de la banda, uno habrá envejecido dos años en 90 minutos.
Pero, como diría Serrat, de vez en cuando la vida nos besa en la boca. La providencia alumbra el camino y como por arte de magia, el tiempo se detiene y todo vuelve a ser como antes, como siempre. Es notable como tres pases seguidos, veloces, precisos, ambiciosos (Ferrari- Canales, Canales - Affranchino, Affranchino - red) desbaratan mufas y frustraciones, logrando variar el punto de vista del vaso medio vació al medio lleno.
Si ese golazo no existiese, describir lo mostrado por River ante San Lorenzo podría resumirse en una sola palabra: Nada. En cambio, con la perlita del pibe segura en el bolsillo, el análisis es más amplio y abarca una palabra mas: Tres puntos. Para equipos con el agua al cuello como el nuestro, eso es todo un manifiesto.
Claro que hubo otras cuestiones. Un relativo aplomo defensivo para bancar el score. Otra nueva buena noche de Daniel Vega, atajando la que tenía que atajar. Una descarga "Kluivertiana" de Canales para el gol de Affranchino. Una nueva muestra de que a Villalva y Funes Mori le faltan todavía varios minutos en la parrilla de la reserva. Y otra confirmación de que a Gallardo y Almeyda (pese a lo grandes que son) se les está consumiendo, mas rápido que lento, la poca nafta que les queda en el tanque.
El resto de nuestros penares deportivos no dan para el análisis. No porque 3 puntos lo tapen todo, sino porque parece muy incoherente hacerse problema por cosas que no tienen solución.

martes, 2 de marzo de 2010

LOS RIVER TOONS


Por estos días, discutir la popularidad en el país y en el mundo de una institución como River Plate, es una tarea digna de un cínico o un no vidente. De todas formas siempre dio la impresión que la marca River tiene un potencial poco explotado en materia comercial. Por esta idea expresada anteriormente, hija de cierto conservadurismo implícito en nuestra historia, la aparición hace algunos años de los River Toons produjo una especie de salto hacia delante en esta reticencia histórica millonaria.
Los River Toons fueron una serie de capítulos animados creados digitalmente, nacidos de la invención de una pequeña empresa de animación por computadora llamada Grilla post. La iniciativa fue compartida por la productora y por la institución millonaria con el objetivo de bajar a las masas un claro mensaje de no violencia. Paradojas del destino, la aparición de estas marionetas se propició justo en los tiempos donde se desataba el tramo de mayor conflicto en la interna de la brava riverplatense a pura navaja, revolver, sangre y muerte.
Los River toons aparecieron en la televisión por aire a manera de spot publicitario y también en el tablero electrónico del Monumental, en los partidos de local. En la animación se observan a los jugadores de River Plate (Carrizo, Tuzzio, Lussenhoff, Falcao, Ortega, Buonanotte, Belluschi, Augusto) haciendo gracias con la pelota, en algunos casos con mucha mas fortuna que en la vida real. En la fantasía del cartoon, Federico Lussenhoff salía desde su área con pelota dominada esquivando rivales, algo que ni en sus sueños, jamás pudo hacer.
Pero lo importante de esta iniciativa no es el atributo técnico del dibujito, sino la calidad del mensaje que se pretendió dar. No deja de convocar a la carcajada irónica, que una maniobra bienintencionada haya sobrevolado por las mentes del grupo dirigencial mas corrupto y delincuente de la historia del Club.

lunes, 1 de marzo de 2010

CAMBIO DE CANALES

Gimnasia (La Plata) 1 - 1 River Plate
Torneo Clausura 2010 - 6ª fecha.
Estadio del Bosque - 28/02/10.


GIMNASIA (LA PLATA): Sessa; Ormeño, Maldonado, Aguero y Graff; Aued, Rinaudo, Encina y Romero; Pérez y Stracqualursi. Posteriormente Castro, Villar y Cuevas. DT: Diego Cocca.
RIVER PLATE: Vega (5); Villagra (4), Ferrero (6), Sánchez (4) y Díaz (4); Barrado (4), Ahumada (5), Abelairas (5) y Rojas (4); Villalva (4) y Canales (6). Luego Gallardo (7), Funes Mori y Affranchino. DT: Leonardo Astrada.
GOLES: Marco Pérez (GELP) 8 pt. Gustavo Canales (RP) 46 st.
ARBITRO: Gabriel Favale (regular)
MAN OF THE MATCH: Gastón Sessa (Gimnasia La Plata)
RESULTADO MORAL: Gimnasia La Plata 1 - River Plate 2.

Cuando la mano viene tan mal barajada, dos cartas del mismo color para mentir el envido son bienvenidas. No somos adeptos a la política de festejar empates, pero es imposible no soltar un alarido que desagote angustias, cuando postreramente Canales vulneró al hasta entonces infranqueable Gastón Sessa. No fue ni mas ni menos que un pequeño acto de justicia.
Un gol que no es solo un gol. Es un goleador que corta una racha, es también un buen segundo tiempo, es un par de espectaculares atajadas del portero platense, es una actitud que cambió radicalmente en los vestidores, es un jugador distinto que entra y hace distinto a un conjunto. Es un punto robado en el descuento. Un empate que no se festeja, pero que si alivia.
Con el agua al cuello por el promedio del descenso, Gimnasia quemó naves desde el principio, fundado en dos delanteros insistidores y el peso indisimulable que adquiere su equipo jugando en el bosque. Cuando Marco Pérez clavó un rotundo frentazo en la valla de Vega, oscuros presagios nublaron el cielo millonario. El cambio de Gallardo trajo luz a la oscuridad, y con el simple argumento de pasar bien el balón, River dejó de ser la timorata formación del primer tiempo para transformarse en un conjunto que -perdido por perdido- apostó a la ofensiva para torcer el rumbo. Sin embargo, cuando Gustavo Canales tocó a la red el pase de Funes Mori, las ilusiones serias de rescatar al cuadro de otro naufragio ya se habían desvanecido.
La noche platense deja una lectura clara. Los 45 iniciales invitan a pensar que 2010 será un año muy largo. Los 45 posteriores a soñar con que todavía se puede llegar a la costa 30 puntos, aunque el mar esté revuelto y la barca averiada.