martes, 23 de septiembre de 2008

LOCO, UN POCO


Abreu es un auténtico trotamundos del fútbol. Sus camisetas lo avalan. Defensor Sporting, San Lorenzo, Tecos de Guadalajara, Cruz Azul, América, Monterrey, Tigres, Dorados de Culiacán, San Luis Potosi, Nacional de Montevideo, Deportivo La Coruña, Gremio de Porto Alegre.
Cuando llegó a River a principios de año, tras mover cielo y tierra para destrabar un conflicto suscitado con la Federación Mexicana por el frustrado pase de Tecla Farías a Toluca, parecía que había centrodelantero para rato.
Pero esta cuestión de viajar en busca del beneficio monetario (absolutamente válido, es un profesional), cortó de cuajo esa idea, para emigrar al fútbol de Israel, al Beitar Jerusalem. La chance de jugar la Liga de Campeones -no se dio por quedar afuera en la pre- champions- y el "banco que me tiraron por la cabeza", se llevaron al loco de River con solo seis meses de estadía.
En River, Abreu no rindió todo lo esperado. Aunque sus números no son tan malos como muchos piensan. 11 goles en 27 partidos contando los amistosos. Sin embargo Sebastián tuvo influencia en la unión del grupo, sobre todo en los malos momentos que vinieron tras la eliminación de la Copa Libertadores. Y hay algo que no se puede negar. Él fue el centrodelantero del equipo campeón.
Sin la Champions a la vista y sin la plata (Beitar no cumplió con lo prometido), Abreu decidió retornar al millonario solo para jugar la Copa Sudamericana en lo que resta del año, es decir 8 partidos como máximo.
Dejó varios goles en la zona de promesas. Ojalá pueda hacerlos realidad.

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