lunes, 23 de junio de 2008

LA SONRISA FINAL

Banfield 2 - 3 River Plate
Florencio Sola - 22/06/08
BANFIELD: Santillo; Pío, Sanguinetti, Galarza, Vergara; Patiño, Quinteros, Villareal, Civelli; Barrales, Cvitanich. Luego Dos Santos. DT: Miguel Jeréz.
RIVER PLATE: Carrizo (5); Ferrari (5), Cabral (6), Tuzzio (4), Villagra (6); Fernández (5), Ahumada (6), Abelairas (8), Archubi (5); García (7), Abreu (5). Luego Rosales, A. Sánchez, Ponzio. DT: Diego Simeone.
GOLES: Cvitanich (B) 42 pt. Cvitanich (B) 6 st -penal-. García (RP) 25 st. Abelairas (RP) 38 st. García (RP) 41 st.
ARBITRO: Pablo Lunati (mal)
RESULTADO MORAL: Banfield 2 - 4 River Plate.
Tal vez sea el desarrollo y la resolución de este partido, el mejor ejemplo de lo que ofreció River Plate a lo largo de todo este Clausura 2008, que ya se ha ido, felizmente con una alegría muy grande. Porque River propuso desde el arranque, expuso sus armas con limpieza y ofreció batalla abierta, cara a cara. Porque a mitad de camino se encontró con un par de cachetazos que hicieron suponer que la causa estaba absolutamente perdida sin remedio. Y porque en la recta final sacó fuerzas de la flaqueza, coraje grande, y algo de buen juego para revertir la situación y terminar con la sonrisa ancha. Fue 3-2 en el siempre complicado Florencio Sola. Fue el fin de la fiesta, con la sonrisa del final.
Desatadas las amarras de las tensiones, River Plate hizo unos primeros 30 minutos de excelente factura, salvo en la concreción de las jugadas de gol. Lo perdieron Archubi, Abreu y Falcao que no lograron explotar el juego atildado y profundo de los volantes millonarios; Y lo pagaron caro, porque ni bien aflojó un poco la marcha, Banfield, con un oportuno Cvitanich se encontró con una ventaja de dos goles (el segundo un penal inventado por Lunati) que parecía irremontable, y le quedaba grande a la chapa del partido.
Pero este River del Clausura siempre tuvo la virtud de ir al frente. Fue, perdido por perdido. Y en esos manotazos de ahogado encontró el salvavidas de la mano de los goles de Falcao, siempre intenso y persistente, y de Matías Abelairas, que coronó con su toquecito suave a la red un partido (y un torneo) de alto vuelo.
El final fue para el abrazo y para rememorar la fiesta de hace 15 días atrás. También para comenzar a despedir a varias figuras que ya no estarán. Solo queda grabar estas imagenes del festejo final, como presagio de futuros buenos tiempos, o como paliativo por si vuelve otra vez la malaria.

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