martes, 10 de junio de 2008

EL CUCHILLO ENTRE LOS DIENTES

Diego Simeone acuñó aquella frase de jugar con el cuchillo entre los dientes en épocas duras de la selección. El jugaba así, y se le hizo carne como una marca identificatoria. La frase no suena muy riverplatense que digamos, pero es una buena manera de definir la personalidad del tipo que modeló la fisonomía de este River Campeón del Clausura 08.
Simeone sabía a lo que se enfrentaba cuando en aquellas noches finales de diciembre estampaba su firma en el contrato. Sabía de los beneficios y los perjuicios que conlleva la carga de River. Sabía de las obligaciones y las necesidades. Sabía del respeto a la historia, pero no estamos seguros si sabía que caminos conducían al éxito inmediato, sin estrellarse en el camino.
Hay algo que no se puede discutir en los planteos de Simeone: La ambición. Pero en el fútbol de hoy no se gana solo por ser ambicioso. Entonces, la ubicación casi febril de hombres de ataque en varios partidos no resultó efectiva porque básicamente faltaba una cosa tan necesario como el talento, el orden.
Manejó con tino situaciones complicadas en días de ebullición mediatica, como las declaraciones de Ahumada y Carrizo, o los reproches públicos de Ortega por ser titular. Se la jugó por hombres resistidos como Cabral y Abreu. Tardó en hallar un equipo base, y todavía no queda muy claro si lo terminó de encontrar. Pero como contrapartida, entrase quien entrase, lo hacía con un libreto bien definido y un mensaje directo de buscar el arco de enfrente.
Elevó los niveles de algunos jugadores hasta convertirlos en indispensables como Matías Abelairas, reconvertido en una especie de cinco ofensivo, y Diego Buonanotte, cuya explosión en los partidos finales del año, hace ilusionar a la masa millonaria con un nuevo crack en ciernes.
Resistió los garrotazos, marcó siempre un mensaje de unidad, vivió los partidos como un jugador más, a los gritos y a los saltos, con lo bueno y lo malo que esta situación puede reportarle a los que verdaderamente juegan. Se identificó con la causa. Y lo festejó a lo grande, como debe ser, sabiendo que esta condecoración Riverplatense será un punto sobresaliente en su fabuloso currículum.
Tiene un enorme crédito abierto en ese Deportivo ganar que es River. Deberá hallar la forma de que este equipo le agregue al cuchillo entre los dientes, la velocidad desenfrenada y las luces intermitentes, ese toque de belleza que la historia reclama. Capacidad tiene, Talento disponible no le falta.

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